18 jul 2016

Momentos. esculturas efímeras de Laura Torrico

Momentos, esculturas efímeras 

A lo largo del desarrollo de este proyecto artístico, lo primero que establecí fue una inquietud que quería expresar, y poco a poco fui buscando una manera de que la obra y el concepto se integraran lo mejor posible.

El concepto en torno al cual gira todo mi proyecto es básicamente la idea de que el tiempo es irrecuperable, la fugacidad del momento perdido. Por nuestra propia memoria tenemos una sensación de que los sucesos ocurridos permanecen casi como si continuaran en el lugar que ocurren durante un tiempo subjetivo, pero en realidad se pierden constante y completamente aunque nuestra memoria los almacene como si el tiempo pudiera ser acumulable. En el afán de retener las experiencias vividas, o de tener una documentación de cualquier tipo de proceso que cambia naturalmente al paso del tiempo, tomamos fotografías, incluso vídeos, que nos permiten recordar, pero nunca volver atrás, porque, incluso viendo un vídeo de algo que ocurrió en el pasado, estamos viviendo un momento que igualmente se desvanecerá.

El paso del tiempo hace posible la evolución de todas las cosas y lo efímero tiene una belleza muy particular. Durante el proceso de investigación desarrollé varias ideas que me condujeron hacia la resolución de una obra que creo que se corresponde con mis intenciones expresivas. Primero quise darle un aspecto objetual, basándome en algo escultórico o volumétrico, pero pronto descarté esa primera idea. Más tarde busqué un significado a través de fotografías que representaban huellas, indicaciones de objetos que estuvieron en un momento anterior en una ubicación y por el incontrolable paso del tiempo ya no estaban en el momento  de tomar la fotografía. Me pareció algo más acertado pero no expresaba la parte frustrante que encuentro al obligado camino que nos marca el tiempo.

Boceto de la morfología
de marco a utilizar

Buscando caminos en lo relacionado al arte efímero, reparé en que las velas pueden ser una muy buena canalización para una idea que quiere representar algo que transcurre en el tiempo y desaparece, siendo completamente irrecuperable de manera literal. Mi primera idea fue colgar varias velas y dejar que, al mismo tiempo que se consumían y transformaban por el paso del tiempo que permite a los procesos evolucionar y ejercer distintos efectos, su cera fuera poco a poco cubriendo el representante de lo opuesto de la idea que intento expresar: la fotografía, como símbolo de la memoria e ilusión de recuperación de momentos pasados.


Llegué mediante este proceso a la conclusión final: la construcción de unos marcos en cera, en parafina relamente (material con el que se fabrican las velas al uso), dado que iban a disponer de mecha para ser encendidas y consumidas. La idea es precisamente manifestar que mi concepto es completamente opuesto al que fundamenta la fotografía. Son piezas efímeras, que una vez prendidas y derretidas son irrecuperables. Esta obra es la conclusión de todas las ideas que he venido desarrollando desde que empecé la investigación de mi proyecto.

Proceso de la primera pieza de prueba.

Para su realización saqué varios moldes de escayola a partir de marcos para fotografías. Una vez tuve los moldes los rellené con cera de vela de la siguiente manera: primero empapando la escayola para evitar la adherencia de la cera y después colocaba un trozo de papel de aluminio en la parte central del marco, donde no es marco sino soporte para una fotografía, ahora explicaré el por  qué de esto. 

Como estos marcos son soportes para imágenes, he utilizado  una técnica de transferencia para velas. El primer intento fue el de hacerlo por  su método, aplicando una imagen impresa sobre un papel muy fino, sirve cualquiera que sea muy fino, en mi caso utilicé uno que se emplea para patronaje y no sé cuál es su nombre. Después apliqué calor, pero descubrí que los relieves producidos por el molde  se derretían pronto con este uso de la técnica, así que opté por aplicar el papel directamente en la cera derretida.

Para ello, sobre el molde empapado de agua colocaba el papel de aluminio para que el papel con la imagen no se mojara, dado que esto lo arruinaría completamente. Después vertía sobre el molde una cantidad de cera suficiente para cubrir todos los niveles pero dejando espacio por arriba. Colocaba las mechas de vela y rellenaba con la cera hasta completar la altura total. La cera la desmoldaba antes de que estuviera completamente fría para que no se pegara a la escayola. Para sostener estos marcos primero pensé en hacerles unas cuñas de cera también, pero según pude observar con el marco de prueba, se deformaba mucho y además era menos estético y resistente, así que me decidí por la construcción de unos soportes hechos con alambre acerado soldado con estaño provenientes de soporte de relé (material eléctrico).

Las piezas finales son efímeras, tienen una duración delimitada por el proceso que conllevan y la manera en la que las expuse fue prendiéndolas el primer día de la inauguración y dejé que se consumieran. Una vez derretidas quedaron sus restos de cera como huella metafórica de lo que estuvo ahí y nunca volverá a estar.